21 diciembre 2018
Te miran con cara de que llevas más cuento que Calleja, pero no hay que tenerles en cuenta su actitud, por su sala pasan, según sus estadísticas, un 80% de gente con síntomas de escasa o nula urgencia. «Son gente cómoda, Enrique, piensan que el mundo lo han creado, solo, para ellos. Por eso los calificamos en recepción según su gravedad o aspecto. A las 7 ha entrado un chaval con mareos y venía con los cascos de audio puestos. Ahí sigue.«
Cosas sencillas que las ves, las sufres y nunca te quejas de nada, y es así fundamentalmente, por que no sirve de nada hacerlo.
Haces amigos, lees el periódico y acabas acordándote, siempre, de la madre de alguien, aunque no tengas motivo. Luego, cuando te reciben a ti y a tu dolor, hasta les sonríes hipócritamente, claro. Ir de urgencias no siempre supone encontrar soluciones rápidas. Un vecino de silla de espera me da una solución: «Si estás muy mal, cuando entras, haz ver que te desmayas. Funciona, yo, a veces, lo hago«
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