28 diciembre 2018
Estaban ahí, sí, pero no las sentía, las podía tocar pero no las movía, me pellizcaba y nada, ningún dolor, desesperado, no sabia que hacer, pensé que había llegado el momento anunciado, ¿Pero así, de golpe?, no, no me lo esperaba así, pero cuando mas angustiado, asustado y resignado estaba, oí la voz liberadora: «Enrique, despierta que vas a llegar tarde, son mas de las seis«, y toqué mis piernas y las sentía, se movían, que suerte, sí que suerte tengo, eso creo.
Feliz día, es ésta una bloguería para no olvidar.
💜
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